lunes, 29 de abril de 2013

Maratón de Madrid 2013


Por fin llegó el momento de participar en la maratón de mi ciudad, el respeto de un recorrido tan duro me ha frenado hasta hoy,  pero por fin llegó…
El despertador sonó a las 06:00h con tiempo de sobra para tomar el desayuno habitual antes de salir a entrenar, no quiero sorpresas, con todo preparado de antemano.
A las 7:20h habíamos quedado con Ninfa en el Cercanías para dirigirnos hacia Recoletos. El tren cuadró salvo el de Atocha que salió antes de lo esperado y solo logramos cogerlo Ana y yo, aunque sabíamos que nos veríamos en el punto de encuentro con el súper grupo de conocidos de facebook.
Foto con gente de facebook


Antes de ir al punto de encuentro nos dirigimos a dejar las bolsas en el guardarropa y apenas había gente en ese momento. Esto, después de ver la que se montó después, fue todo un acierto por nuestra parte. En el punto de encuentro cantidad de caras conocidas y muchos, muchos nervios ante la prueba a la que nos enfrentamos. El hermano de Ana apareció; un gallego “ironman”, que este año hizo el mapoma por 9º vez.
La foto de este año antes del la maratón fue más multitudinaria que años anteriores y es que por lo general lo de correr empieza a ser un vicio generalizado ;-)

Ana y yo muy metidas en el miedo de esta maratón nos dirigimos disciplinadas a  nuestro cajón de salida a las 8:30h para no ir con agobios. Mientras esperábamos se pasó un poco de frío pero fue llevadero, gracias a los súper chubasqueros de los chinos y unas camiseta viejas de propaganda que son geniales para deshacerse de ellas antes de salir. Tuve el detalle de colgarlas en las vallas para que nadie se tropezase con ellas, aunque hay mucha gente que la deja caer y puede ser motivo de tropiezos, hay que pensar en los demás…

Salida, ya está, vamos!! Controlando los primeros kilómetros, no dejando que la euforia inicial nos arrastre, que en una maratón eso se paga a partir del treinta y pico. Casi sin darnos cuenta, el Bernabeu, donde se separan los corredores de 10 km, empieza a haber un poco más de espacio. Hasta el km 10 fuimos muy comedidas aunque tuvimos un ritmo muy constante casi toda la prueba, la camiseta que llevábamos hacía el efecto buscado entre el público y los compañeros de carreras: el ¡vamos Ana!  en mi espalda y el ¡vamos Macu! en la de Ana sacó muchos gritos de ánimo por todo el recorrido. Había un señor que le vimos en cuatro ocasiones al que no conocíamos de nada que nos gritó y nos decía que íbamos a un ritmo constante. Gracias, no se nos olvida su cara de alegría cuando nos veía y el punto de energía que eso nos dio.

La media pasó volando. Por lo general yo siempre tiro en la primera parte de Ana y ella, que está hecha para las largas distancias, progresa al final tirando de mi; un tandem perfecto.
En la Avenida de la Florida Ana flojeó, creo que fue el famoso muro, la combinación de cuesta y rachas fuertes de viento fueron los causantes.
La Casa de Campo se nos hizo corta, cuando a algo le tienes respeto y te conoces bien el terreno hace que lo afrontes con cautela haciendo lo duro más llevadero, incluso la salida por la cuesta del Lago fue bien, salvo un mosquito que me entró en la boca se aferró a la vida colgándose de mi garganta, casi me ahoga. Con toses y arcadas conseguí echarle fuera, en este punto apareció una cara conocida; Rafael, alias Wally, que vio que algo me pasaba y me siguió para ofrecerme agua. Gracias, ese “¿necesitas agua?” me dio el punto de energía perdido por el mosquito.

En la Avenida de Portugal Ana soltó su “towanda”, siempre que baja una cuesta a toda leche grita esto como en la escena del  parking de la película “Tomate verdes fritos”, rarezas del personal ;-) Creo que ese grito la soltó enérgicamente porque a partir de ese momento se soltó la melena y empezó a tirar del carro. En la cuesta del puente Segovia tiró zigzageante y no había quien la siguiera. Lo intenté y me pasé de revoluciones, a partir de ese momento no conseguí recuperar la respiración cómoda. El aire de frente y la parte dura de Madrid empezó a hacer mella, hubo un momento que ahora recordando resulta gracioso; le comenté que no podía más y ella me animó, justo en ese momento mi MP3 se quedó sin batería y quise decirle: “y encima me quedé sin batería” aunque de mi boca solo salió “me quedé sin batería” , ella dijo “no, venga, vamos!” para animarme, y la mala leche que se nos pone en el sufrimiento me hizo saltar con un “QUE ME QUEDÉ SIN BATERIA!!”, vamos, una conversación de dos viejas sin sonotone jejeje.

Embajadores km 38
Luego vimos a Pepe, un pradolonguero veterano que corrió para sacarnos una foto, que esperamos, porque nos dijo que habíamos salido bien. Un kilómetro después estaba Esteban, este nos hizo mucha gracia porque sacó su mini cámara de vídeo del bolsillo, la abrió, encendió, nos encuadró y disparó, todo esto corriendo de espaldas con mucha destreza. En Atocha vimos a Manuel, despistado mirando a los corredores, fuimos nosotras las que le avisamos, que no se enteraba, cuando reaccionó nos animó dando algún saltito. También estaban Julián y Ester, que gritaron dando ánimos. En la cuesta de Alfonso XII, mi sobrina Sandra con un cartel muy currado nos daba ánimos, esto me dio mucho energía, hizo que subiese la cuesta sin enterarme, luego nos encontramos con Ninfa y Miguel, este nos acompañó hasta el Retiro. En la puerta de España estaba la tropa de compañeras de trabajo de Ana, con niños y carritos. Tres nos siguieron, yo a esas altura no veía nada, solo oía gritos de ánimo, recuerdo a Manoli decir: “yo voy hasta la puerta de Alcalá, aunque me quede sin voz” o algo así. Christopher sacaba fotos y nos acompañó también hasta el Retiro con Susana, que apareció en la puerta de Alcalá; Espero no haberme dejado a nadie en el tintero pero que sepan que les agradezco el estar ahí para poder animarnos. Vuestros ánimos hicieron que esas últimas cuestas fuesen mucho más llevaderas. Gracias de corazón a todos.

En el retiro Ana vio que llevábamos 4h 8’, quedarían 500m, y ella me decía que podíamos bajar nuestra marca de Barcelona, yo decía “no veo la meta” ella me animaba ¡vamos, vamos! esprintó y yo me dejé arrastrar por la inconsciencia de mi estado, ni sentía ni padecía. Pasamos la meta y justo al pararme todo desapareció, me sentí caer, Ana y las gente de la Cruz Roja me sujetaron, sentándome en una silla. Ana dice que me quedé blanca y tenía la mirada perdida, yo no recuerdo nada pero ella dice que se asustó mucho. Realmente esto fue una inconsciencia, por un minuto no merece la pena hacer estas cosas.
Tiempo final 4h10’’58’’ MMP.

7 comentarios:

  1. Enhorabuena Macu!!! tiempazo!!!! lo del final seguro que fue la emoción!! disfruta mucho del objetivo cumplido y descansa!
    bss
    Tania

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  2. Hola Macu:

    ¡Enhorabuena a las dos! Muy buena carrera.

    Te pasó al finalizar lo mismo que a mí hace tres años. Me esforcé demasiado en los últimos metros y acabé tumbado en la camilla. Desde entonces, no sólo no aprieto, sino que aflojo para poder disfrutar de la llegada.

    Saludos.

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    1. Gracias Miguel, Si recuerdo que te paso lo mismo, con esta ya he aprendido.

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  3. Felicidades por la MMP, pero vaya susto al final, si fue una inconsciencia... pero en esos momentos nos cegamos es difícil no apretar.

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  4. Gracias Bel_ga_rion, si es que somos unos inconscientes ;-)

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  5. Macu muchas felicidades, es muy difícil tener frialdad después de 42 km. para no darlo todo en la entrada y mas cuando puedes hacer MMP.

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