martes, 27 de marzo de 2012

Maratón de Barcelona 2012

Llevo más de tres meses preparando mi tercer maratón, renunciando a cosas para poder cumplir el plan de entrenamiento, madrugones de los fines de semana, frío  y hasta una lesión, que en su momento temí que me apartaría de este gran nuevo reto anual.
Por fin llegó el viernes, con los nervios que mariposean en el estomago no fui capaz de aguantar mucho más tiempo en casa y salimos con más de dos horas de antelación hacia el aeropuerto, pero, como siempre, los retrasos de las compañías aéreas retrasaron el vuelo 45’ que se hicieron eternos.
Por fin llegamos a Barcelona, eran las doce de la noche cuando el autobús nos dejo en la Plaza de España donde nos esperaba Tito con una sonrisa de oreja a oreja. El hotel está muy cerquita, así es que poco más puedo contar de un día con tanto nervios por la espera.
El sábado nos levantamos temprano para ir a la feria del corredor, donde pudimos empezar a contagiarnos por el buen ambiente de tanto corredor con ganas de disfrutar de un evento así. Pude reconfirmar que está muy en auge el tema de correr ya que había muchísimos stands promocionando maratones de todo el mundo, y es que en la variedad está el gusto y somos un sector que en estos tiempos que corren resulta potencialmente beneficioso, económicamente hablando.
Reencuentro con la familia que hacía años no veía. Siempre es grato ver a gente a la que quieres y había muchas cosas que contar en poco tiempo, pero intenso.
Por la tarde, un pequeño paseo para ver algo de una ciudad con tanto encanto como es Barcelona y para acabar el día cena de hidratos y al hotel para descansar, ya que a la mañana siguiente por el cambio de hora perderemos una hora de sueño, tan necesario para el día que nos espera.
Suena el despertador, es tan pronto que en el hotel no podremos desayunar, pero como somos previsores y buenos españolitos, el día anterior nos hicimos con una ricas muffins, que acompañaremos con leche para que puedan pasar.
Calentado motores
El hotel está muy cerquita de la salida, no tardamos más de 10’ en llegar a la salida, gente corriendo, nervios, corredores con curiosas vestimentas, familiares ropero, otros que se quieren colar de cajón pero la organización no pasa a ni uno. A mi mera vista da la sensación de gran organización, algo que iré confirmando a lo largo de la maratón. Sinceramente un 10 y muy recomendable.
Pistoletazo de salida, todo listo, ya está a por ella, Ana está situada a mi  izquierda esto es más un poco de manía mía que no se correr a la izquierda, que contradictorio en mi, jejeje.
Vamos posicionándonos poco a poco, se van abriendo huecos, se nos olvida el frío de la espera y las mariposas del estomago van desapareciendo. Controlando desde el primer momento el ritmo para no pagar al final, aunque la euforia me empujaría a correr como una loca hay que contenerse y reservar. Los primeros kilómetros son de subida hasta que llegamos al Camp Nou donde dije “visca barça” por Miguel y por Emilio 2. Ese era el km 5.
Vamos las dos con buen ritmo cómodo y hablamos de alguna cosilla, pero poca cosa, era sobre todo miradas y cara de felicidad lo que veía en la cara de Ana que me hacían sentir muy bien.
Disfrutando
De vuelta otra vez por Plaza de España, llevaríamos 12 km. Los kilómetros van cayendo y todo va bien, sin molestias, cómodas. Pasmos delante de la Pedrera y lo más bonito del recorrido para mí es pasar delante de la Sagrada Familia, que me parece impresionante además, es en el Km 17 con fuerzas suficientes para poder disfrutar de ella. Antes de llegar a la media hicimos dos km con un falso llano que fue una de las partes más monótonas, ya que estás viendo a los corredores que bajan y parece que no terminas de llegar nunca al giro para empezar a ver a los que van detrás. Hacemos la media en el tiempo establecido, va todo según mis cálculos a seguir a ese ritmo.

En el km 25 me espera mi familia, me da un subidón verles, esto es probablemente lo mejor que nos puede pasar a los corredores en todas la carreras; ver a alguien que te conoce que están dispuestos a esperar para verte unos segundos, esto es muy de agradecer al igual que los desconocidos que te van animado para que sigas.
Llegamos al km 30, cogemos glucosas que da la marca Gu que resultaron de gran ayuda en los momentos de flaqueza, además de mencionar que cada 2,5 km había un avituallamiento con todos los voluntarios que eso implica, no falla nada todo va sobre zapatillas & calcetines.
Últimos metros
En el km 35 el sol empieza a molestar y no había mucha sombra, aunque la temperatura no sería superior a  18 grados en esos momento se agradecería una nube delante del sol, los kilómetros empiezan hacer mella, pasamos por debajo del Arco de Triunfo y me sorprende ver que Ana tiene fuerzas para levantar los brazos y celebrar que ya está pasando debajo de dicho monumento,  yo ya estoy empezando a tirar de reservas energéticas y me parece un exceso de energía; es que la que vale, vale.
 Me voy a centrar en los últimos dos kilómetros y mi dolor punzante de cuádriceps que empieza a ser un reto ir dando cada zancada, de hecho las piernas empiezan a tensarse y me voy impulsando más con los brazos. Veo al final del Paralel la fuente de la Plaza de España y la sensación es que no vas a llegar nunca, estos kilómetros son insufribles, pero Ana tiene fuerzas para seguir adelantando a gente y marcándome un buen ritmo. Está mucho más fresca que yo, me esfuerzo por seguirla, ella baja el ritmo sin decirle nada porque sabe que me está costando. Por fin Plaza de España, giro y la tan preciada meta está ahí; ya está la recta final! apenas me separan de ella 200 m, la euforia me invade haciendo que me anestesie mis cuádriceps momentáneamente, empezamos a apretar, cojo la mano de Ana para poder entrar las dos triunfantes en meta. Solo puedo decir que esto es sentir la felicidad!!