Por fin llegó el momento de participar en
la maratón de mi ciudad, el respeto de un recorrido tan duro me ha frenado
hasta hoy, pero por fin llegó…
El despertador sonó a las 06:00h con
tiempo de sobra para tomar el desayuno habitual antes de salir a entrenar, no
quiero sorpresas, con todo preparado de antemano.
A las 7:20h habíamos quedado con Ninfa en
el Cercanías para dirigirnos hacia Recoletos. El tren cuadró salvo el de Atocha
que salió antes de lo esperado y solo logramos cogerlo Ana y yo, aunque
sabíamos que nos veríamos en el punto de encuentro con el súper grupo de
conocidos de facebook.
![Foto de gacelas de Madrid](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgr3Fx2NIuLLi9RjujbLPATwEH6heJWeSZXp8AgNA0_4DGtRT2tGWduViMQNgFh4K4vC4mEUzwXWthOEBBKKnK8ZtxghIRtGTw3lB7Qqv6O-Ilx1RYSEdtd49CDo5B1z47GyN281Tp6-to/s400/Mapoma-2013-028-copia.jpg) |
Foto con gente de facebook |
Antes de ir al punto de encuentro nos
dirigimos a dejar las bolsas en el guardarropa y apenas había gente en ese
momento. Esto, después de ver la que se montó después, fue todo un acierto por
nuestra parte. En el punto de encuentro cantidad de caras conocidas y muchos,
muchos nervios ante la prueba a la que nos enfrentamos. El hermano de Ana
apareció; un gallego “ironman”, que este año hizo el mapoma por 9º vez.
La foto de este año antes del la maratón
fue más multitudinaria que años anteriores y es que por lo general lo de correr
empieza a ser un vicio generalizado ;-)
Ana y yo muy metidas en el miedo de esta
maratón nos dirigimos disciplinadas a nuestro cajón de salida a las 8:30h
para no ir con agobios. Mientras esperábamos se pasó un poco de frío pero fue llevadero,
gracias a los súper chubasqueros de los chinos y unas camiseta viejas de
propaganda que son geniales para deshacerse de ellas antes de salir. Tuve el
detalle de colgarlas en las vallas para que nadie se tropezase con ellas,
aunque hay mucha gente que la deja caer y puede ser motivo de tropiezos, hay
que pensar en los demás…
Salida, ya está, vamos!! Controlando los
primeros kilómetros, no dejando que la euforia inicial nos arrastre, que en una
maratón eso se paga a partir del treinta y pico. Casi sin darnos cuenta, el
Bernabeu, donde se separan los corredores de 10 km, empieza a haber un poco más
de espacio. Hasta el km 10 fuimos muy comedidas aunque tuvimos un ritmo muy
constante casi toda la prueba, la camiseta que llevábamos hacía el efecto
buscado entre el público y los compañeros de carreras: el ¡vamos Ana! en
mi espalda y el ¡vamos Macu! en la de Ana sacó muchos gritos de ánimo por todo
el recorrido. Había un señor que le vimos en cuatro ocasiones al que no conocíamos
de nada que nos gritó y nos decía que íbamos a un ritmo constante. Gracias, no
se nos olvida su cara de alegría cuando nos veía y el punto de energía que eso
nos dio.
La media pasó volando. Por lo general yo
siempre tiro en la primera parte de Ana y ella, que está hecha para las largas
distancias, progresa al final tirando de mi; un tandem perfecto.
En la Avenida de la Florida Ana flojeó,
creo que fue el famoso muro, la combinación de cuesta y rachas fuertes de
viento fueron los causantes.
La Casa de Campo se nos hizo corta, cuando
a algo le tienes respeto y te conoces bien el terreno hace que lo afrontes con
cautela haciendo lo duro más llevadero, incluso la salida por la cuesta del Lago
fue bien, salvo un mosquito que me entró en la boca se aferró a la vida colgándose
de mi garganta, casi me ahoga. Con toses y arcadas conseguí echarle fuera, en
este punto apareció una cara conocida; Rafael, alias Wally, que vio que algo me
pasaba y me siguió para ofrecerme agua. Gracias, ese “¿necesitas agua?” me dio el
punto de energía perdido por el mosquito.
En la Avenida de Portugal Ana soltó su “towanda”,
siempre que baja una cuesta a toda leche grita esto como en la escena del parking de la película “Tomate verdes fritos”,
rarezas del personal ;-) Creo que ese grito la soltó enérgicamente porque a partir
de ese momento se soltó la melena y empezó a tirar del carro. En la cuesta del
puente Segovia tiró zigzageante y no había quien la siguiera. Lo intenté y me
pasé de revoluciones, a partir de ese momento no conseguí recuperar la respiración
cómoda. El aire de frente y la parte dura de Madrid empezó a hacer mella, hubo
un momento que ahora recordando resulta gracioso; le comenté que no podía más y
ella me animó, justo en ese momento mi MP3 se quedó sin batería y quise decirle:
“y encima me quedé sin batería” aunque de mi boca solo salió “me quedé sin batería”
, ella dijo “no, venga, vamos!” para animarme, y la mala leche que se nos pone
en el sufrimiento me hizo saltar con un “QUE ME QUEDÉ SIN BATERIA!!”, vamos,
una conversación de dos viejas sin sonotone jejeje.
![Foto de Esteban, Ana solo me saca 1 cm, pero el cansancio me hace mucho más bajita](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7-i-jE8xeoFsfFNsxUqU0TfUw86XKI4QuuNXKHs1rALt_Eysm2g703SVlcAEvzYgMzm7g1TRbDSMXoKDBMwS9wdhMdBdZeRR2a7xKEgFgZNIO-rqse7Fa5jCsp5cpN_u9fPKc4Ro0UY8/s320/SANY1589.JPG) |
Embajadores km 38 |
Luego vimos a Pepe, un pradolonguero
veterano que corrió para sacarnos una foto, que esperamos, porque nos dijo que habíamos
salido bien. Un kilómetro después estaba Esteban, este nos hizo mucha gracia
porque sacó su mini cámara de vídeo del bolsillo, la abrió, encendió, nos encuadró
y disparó, todo esto corriendo de espaldas con mucha destreza. En Atocha vimos
a Manuel, despistado mirando a los corredores, fuimos nosotras las que le
avisamos, que no se enteraba, cuando reaccionó nos animó dando algún saltito. También
estaban Julián y Ester, que gritaron dando ánimos. En la cuesta de Alfonso XII,
mi sobrina Sandra con un cartel muy currado nos daba ánimos, esto me dio mucho energía,
hizo que subiese la cuesta sin enterarme, luego nos encontramos con Ninfa y
Miguel, este nos acompañó hasta el Retiro. En la puerta de España estaba la
tropa de compañeras de trabajo de Ana, con niños y carritos. Tres nos siguieron,
yo a esas altura no veía nada, solo oía gritos de ánimo, recuerdo a Manoli decir:
“yo voy hasta la puerta de Alcalá, aunque me quede sin voz” o algo así. Christopher
sacaba fotos y nos acompañó también hasta el Retiro con Susana, que apareció en
la puerta de Alcalá; Espero no haberme dejado a nadie en el tintero pero que
sepan que les agradezco el estar ahí para poder animarnos. Vuestros ánimos
hicieron que esas últimas cuestas fuesen mucho más llevaderas. Gracias de corazón
a todos.
En el retiro Ana vio que llevábamos 4h 8’,
quedarían 500m, y ella me decía que podíamos bajar nuestra marca de Barcelona,
yo decía “no veo la meta” ella me animaba ¡vamos, vamos! esprintó y yo me dejé
arrastrar por la inconsciencia de mi estado, ni sentía ni padecía. Pasamos la
meta y justo al pararme todo desapareció, me sentí caer, Ana y las gente de la Cruz
Roja me sujetaron, sentándome en una silla. Ana dice que me quedé blanca y tenía
la mirada perdida, yo no recuerdo nada pero ella dice que se asustó mucho. Realmente
esto fue una inconsciencia, por un minuto no merece la pena hacer estas cosas.
Tiempo final 4h10’’58’’ MMP.