Hoy tocaba como todos los sábados tirada larga, pero con un cambio ya que al entrenamiento de hoy también asistieron dos compañeros Zapacalcetosos con los que corro en algunas carreras; siempre son más gratos los entrenamientos si vas acompañada de gente maja, con la que poder charlar mientras las fuerzas lo permitan.
No recordaba la sensación de dolor, cuando empiezas a consumir la energía directamente de las piernas, al ir aumentado kilometraje.
Unos buenos compañeros |
Pero todo este sufrimiento de hoy se vio recompensado, cuando apenas una hora después de terminar el entrenamiento estaba dentro de las distintas piscinas de un Spa, relajándome con sus chorros de agua.
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